29 de mayo de 2012

*// Veintiocho del diez



Las hojas de tu libro se mueven por el ligero aire que desliza el ventilador. Acomodas las hojas y casi al instante empiezan nuevamente a revolotear. Las devuelves a su lugar no sin un levísimo rubor al notar que te observo. Estoy sentado a tu lado. Aún no te conozco. En el tercer intento, el airecillo caprichoso vuelve a la carga pero mi mano reposa ahora sobre alguna página del libro. Observas el hecho. No me miras aunque te adivino una sonrisa. Aparto lentamente mi mano. Cierras el libro y las hojas se quedan quietas.


No me gustan los sábados ni domingos. Sólo quiero y espero las noches de cada uno de los días de semana.


Me siento raro al estar comprando frunas antes de entrar a clase. Ayer te escuché decir que te encantaban. Compro fresa y naranja, no estoy seguro cual te puede gustar. También tengo conmigo el cartel robado, sí, ese que te dije y que no me creías. Ya llego al salón, estoy ansioso por verte. ¿Cómo estarás hoy? ¿Qué me contarás esta vez?, quiero oír tu voz y sentir flotar ese perfume con que te desenvuelves. Entro al baño. Intento arreglar este lastimero cabello que nunca me decido cortar. Me dirijo al aula. Busco tu imagen. No estás. Y tampoco vendrás ese día.


Quédate un ratito más a mi lado en el paradero caótico e intentaré hacer, en ese murmullo de tu fastidio y desesperación cuando no puedes irte, alguna gracia para que me despidas con una sonrisa.


Riquísimo media luna. No recuerdo los segundos ¿Tu sí? O ese micropiquito superimperceptible que te di en el cuello, boca y ojo: una reunión de pequeñas victorias. Luego, luego, en la cocina, tú, apoyada en la refri fingiendo cansancio. En esa inocencia por alentarme a declararme a ti. Te quise. Cómo te quería y por qué no te dije nada. Sabía que era momento de decirte lo mucho que te adoraba. Pero otra vez mordí las palabras y tragué el cariño.

 
Siento tu ausencia y a cualquier hora me escabullo entre pensamientos preguntándome por qué te quiero. Será tal vez esa manera tan cálida y áspera con que miras o esa durísima dulzura de tu indiferencia o el armonioso conjunto de sutilezas de tu rostro, o quizá…


- Te quiero porque por ti intento ser menos imbécil e inmaduro, aunque no veo mejoras.

- Te quiero porque nunca he visto a nadie tan linda con brackets.

- Te quiero cuando dices: “¿es en serio?!” con algún movimiento indescifrable.

- Te quiero y los hipódromos ya no son tan aburridos, y creo más en los caballos.

- Te quiero because I will never learn english if I see you all over time and…
I don´t mind.

- Te quiero en tan poco tiempo y, a la misma vez, estoy dispuesto a todo en esta extraña confusión.

- Te quiero porque, sin poder evitar, te ríes de algo que digo y me doy cuenta. Y el día se reduce a ese momento pasajero, en esa imagen, que deseo enmarcar.

- Te quiero como no quiero a nadie ahora, y extraño tocar tus manos, o que juegues conmigo cuando estás un poquito borracha y te suplico que tomes agua.

- Te quiero y me odio porque no asumí que te quería ese día en la escalera, y lo único que hice fue confirmar mi grandísima idiotez.


Sí, siempre has sido tú. Y la lista del “te quiero” ha llegado al número de letras de tu nombre, como un acróstico tácito en la que me agazapo, del que no deseo salir. Y así me encuentro: en esta pelea interna por abrazarte de improviso o tragarme este cariño olvidándome de todo.

Y a veces me convierto en el típico colegial cursi que te añora e idealiza y te empieza extrañar cuando ve tus ojos zigzaguear los suyos. Te necesita acá con tu voz intranquila y tus disgustos, con tus muecas cuando te habla y tus ojos inmensos que no puede guiar.


 ¿Ya, no? Sí, eso creo, pero


Me pesa no haber demostrado nunca nada. Es por eso que escribo, para poder dibujarte entre líneas alguna última sonrisa. Dejarte un recuerdo, decirte tan solo que:


 hoy trazabas elegancia con esos tacos,
que no recuerdo el título de tu libro,
que justo desde hoy dejé de odiar los blackberries,
que olvidé aplaudir cuando aprobaste
y que es imposible estar triste si tú estás feliz.


"IM IN THE BUSINESS OF MISERY,
LETS TAKE IT FROM THE TOP.
SHES GOT A BODY LIKE AN HOURGLASS ITS TICKING LIKE A CLOCK.
ITS A MATTER OF TIME BEFORE WE ALL RUN OUT,
WHEN I THOUGHT HE WAS MINE SHE CAUGHT HIM BY THE MOUTH..."



Eres más linda de lo que crees.
Te extraño siempre.