28 de junio de 2010

*// Con un destino fijo


Estaba listo, todo en marcha, los recuerdos de ella, sus preciosos ojos, sus tranquilizadoras palabras, me ayudaron a no dudar ni un segundo, quería verla, palparla sin tocarla, quererla, apreciaba, sigo apreciando cada luz de ella, quería, sigo queriendo formar parte de ella, de su mundo, mantengo viva mi esperanza, que puedo hacer, ella es mi fuente de esperanza.

Caminé con algo de frío por la vereda, pensando que decir cuando la viera, meditaba las palabras, masticaba cada formación de oración en mi cabeza, las suavizaba para que ella pudiera asimilarlas, miraba muy poca gente por las calles, todo parecía despejado, listo para continuar, pateaba ciertos objetos que se encontraban en el suelo, apretaba con más fuerza la polera que llevaba en el brazo a manera de chimpunera, me despeinaba y volvió a peinar con los dedos, susurraba palabras sin sentido, tarareaba entrecortadamente sin ningún motivo, o seguramente de puro miedo, sentía ganas de correr a su casa o detenerme y olvidar todo, hacer cualquier cosa menos ir, pero ella lo es todo me decía, la fuerza de su imagen en mi cabeza, de esa imagen que reproducía a diario, me hicieron reanudar con más fuerza mi camino, ya acercándome más, a escasos pasos, me invadió sobrecogedoramente el miedo, miedo estúpido, miedo con sentido, un miedo de mierda, yo la quiero, no soy cobarde y decirlo fue suficiente para continuar…

27 de junio de 2010

*//Con esto acabo


El brillo en los ojos me los diste tu por más que se intenta cambiar de mirada, cambiar de apariencia, cambiar de ganas, tener ganas de mirar a una persona con otros ojos, de quererla, de intentar darle el amor que se tiene guardado, es imposible darle el amor que nació y que nunca fue usado para la persona indicada, es imposible es como colocar una pieza en el lugar equivocado, nunca va encajar porque ese lugar no le pertenece, solo tendera a estropear la pieza y malograr la figura aun en fabricación. El amor que nació para una persona no puede ser de ninguna manera utilizado y reutilizado, ese amor guardado siempre será para aquella y quedara guardado en un lugar bien cuidado, cerrado con unas lágrimas de dolor. La mirada tratara de buscar a agradables ninfas para depositar ese amor tan puro y sincero, pero ese amor no aparecerá, se mantendrá guardado, se mantendrá tan intacto como cuando apareció aquel atardecer en un segundo piso, se mantendrá tan intacto como aquella vez que esa mirada sobrecogedora vio los ojos toscos del chico, cuando aquella linda figura tallada tan limpiamente atravesó la puerta con ese caminar tan dulce y pausado, con aquel aire tan indiferente e inocente, con aquella hermosa cabellera ondulada, aquella presencia majestuosa siempre quedara grabada, y de esa presencia majestuosa nació tan lindo y sincero amor, que fue guardado, pues nunca se uso. Ese amor guardado es muchas veces alimentado, es muchas veces dopado, para que no cause alguna locura, es preferible retenerlo aunque sea muy fuerte, porque ese amor se resista a creer que nunca será aceptado, por eso de manera diaria es tranquilizado, es sedado con actividades agotadoras que cansan en demasía, para con ello no darle cabida, para con ello agotar las energías del cuerpo y aguardar cansado la aparición de ese amor tan noble. Pero ese amor no fue siempre tan manso, tan domable, alguna vez, en esos cortos instantes de su nacimiento, fue un amor totalmente descontrolado que intentaba depositarse con mucho afán en el corazón de la joven de caminar pausado. Ese amor la tuvo cerca por varias semanas, y mucho más cerca aun en algunas circunstancias especiales, en esos momentos ese amor se convertía en fuegos artificiales, y hacia latir el corazón de manera acelerada, apresurada, pero la razón siempre estuvo atenta ante cualquier disparate de ese loco amor, siempre con la cordura al tanto de cada movimiento, de cada mirada delatadora, de cada movimiento direccionado hacia ella. Pero ese amor extrañaba a su creadora cada vez que se alejaba, cada distanciamiento ínfimo, cada mirada que no le dedicaba, lo subyugaba. Peor aún fue, en el momento que ya no pudo verla más a modo cotidiano, ese amor se resistía a permanecer con los brazos cruzados a manera de estatua, huía de sus labores con tal de ver el caminar a la hora de salida a aquel ser tan iluminado, con aquel aire tan encantador, ver aquel leve zigzagueo en los pasos, verla por todo el trayecto, por todo su recorrido siempre resaltando notoriamente entre la multitud, aquellos ojos toscos la miraban sin titubear un segundo, cada movimiento era arte, verla ensimismada, era grandioso, los ojos toscos la seguían por todo su andar, las piernas delgadas acataban las ordenes de el corazón que era guiada por el amor cegado y enloquecido, la razón se hacía presente en casi todos los parajes del recorrido para evitar cualquier arrebato del amor contenido, el amor la siguió con gran regocijo de alegría, la siguió cautelosamente, la mirada brillaba de manera angelical, al momento de detenerse la esplendorosa caminada pausada de la chica, el chico de la mirada tosca y curtida, se acerco sin poder contenerse sin poder pausar sus pasos, llamo a aquella deidad con la ayuda de las palabras, que le salieron de manera atropellada e ininteligible, aquella divina chica volteo, sus ojos almendrados se abrieron sorprendidos por aquel llamado sin motivo aparente, el chico realmente enardecido de amor, no lograba coser el hilo de la conversación, los ojos almendrados preciosos lo examinaban con calma esperando algo, al fin salieron palabras, la chica le regalo una sonrisa, el corazón le dio vuelcos de alegría, el corazón comenzó a ocupar todo el pecho totalmente alegre, extasiado. Si con una sonrisa suave pero sincera, el chico recobro el color de su vida, si con aquella sonrisa tan clarificadora logro algo tan buscado por el chico, que habría sido de él si su amor era correspondido, si el amor fuera a parar a el corazón de su creadora, y si el chico también fuera el creador de el amor que la chica de sonrisa plausible hubiera guardado. La sonrisa de ella le cambio el color turbio de su vida, lo convirtió en un color mágico, un color cristalino, y le dio un brillo especial en la mirada del muchacho, los ojos de aquel chico, por fin tuvieron el brillo característico de una persona completamente enamorada pero al mirarla tuvo la sensación que su amor contenido y enardecido nunca será tan grande para poder ocupar la majestuosidad de aquella persona que le resultaba tan grandiosa solo con verla, y luego de hablarle y despedirse sintió que su inmensa alegría era carcomida por su inseguridad.