19 de junio de 2011

*// Crónicas de un pajero



UNO

Mi descarga cien, al fin. No puedo ocultar esta alegría que me embarga. Tengo cien videos porno de la mejor calidad. Todos en HD. Por estos videos desfilan actrices de buena reputación con un distinguido público. Me considero uno de los muchos que disfruta con cada acrobacia de estas lascivas señoritas. Lo considero un arte. Un arte con olor a masturbatorio.

DOS

A veces recuerdo como empezó todo. Desperté a la una de la madrugada. Tenía nueve años y la mente sumamente inocente, mi imaginación era muy chata acerca del sexo. Pensaba en ese entonces que los bebes salían como una caquita por el trasero. Cuando la mamá ya no te podía aguantar dentro, te tenía que cagar. Ese era mi idea vaga, la cual me daba igual ahondar. Mi día era jugar y comer muchísimo.
Entonces desperté y me dirigí al baño. Me hacía la pichi. No podía mojar otra vez la cama ni esconder otro calzoncillo meado porque ahí si me fregaba. Así que caballero desperté y con el temple de un hidalgo me dirigí al baño de mi cuarto. Prendí la luz, saque al nómade, lo desarrugue y me dejé ir. Fue delicioso mear en la madrugada, pretendí ser un borracho de esos que una vez vi ensimismados haciendo la pichita en la calle. Luego me fui a la cama. Pero no conciliaba el sueño. Pensé en contar ovejas como solían aconsejarme los dibujitos. Nada. Entonces hice lo que hasta ahora me queda marcado. Prendí la tele como para pasar unos minutos y luego caer rendido a dormir. Hice zapping. Nada interesante. Mis canales favoritos proyectaban episodios repetidísimos. Me adentre en otros canales hasta que llegué al canal que se volvería mi canal favorito en las noches frías cuando la compañía es innecesaria en los placeres de un niñito. Era el canal quince. Daba cueros. Una mujer enseñaba el alma danzando sujeta a un tubo. Los senos perfectos, la florcita recortada, las piernas, esas piernas, era una ninfa hermosa y rubia y desnuda solamente para mí.Debo confesar que esa noche estaba aterradoramente excitado. Comencé a salivar y algo dentro de mi buzo empezó a reptar. No supe el por qué puesto que ya había orinado toditito. Era otra cosa que invocaba a la pichina, no lo supe hasta los trece. Ese día solo vi como ahí abajo se paró de manera involuntaria, la vi inquebrantable y dispuesta a algo. En ese entonces no supe a qué.

TRES

A los trece. En primero de secundaria. Nos dieron una encuesta que naturalmente respondí con rapidez. Sólo hubo una pregunta que no logré entender y que no me dejaba acabar. Decía: ¿Te masturbas?. Me resolví en preguntarle el significado de esa palabra a la miss. Al preguntar todo el salón volteo hacia mí como si acabara de decir algo muy heroico. La miss, mi miss a la que siempre quise. Y a la que algún día quise ver desnuda me dijo: si no sabes que significa lo puedes dejar así como está, no te preocupes. Me quedé con la duda.

Al terminar todos la encuesta y con ello la clase dos amigos se me acercaron. Eran de los más pendejos y de los que quería hacerme bien patas algún día. Uno de ellos me dijo: Webón nunca te la has corrido no seas pendejo, es fácil. Mira, te coges la pinga cuando está parada y la frotas con la mano, de arriba hacia abajo. Mira, así pones tu mano. Me enseñó su mano. Era en forma de puño pero con un considerable espacio en medio.
Llegué a mi casa dispuesto a hacerlo. Para ese entonces ya tenía algunas fotos, revistas o periódicos donde aparecían flacas preciosas, riquísimas. Con bastante carne y un trasero que idolatraba. Me excite rápido. Cerré mi cuarto con llave e hice lo que me dijeron. Me recosté en la cama y mirando a una vedette me la comencé a correr, fue algo nuevo y maravilloso, fantaseé sólo en mi cuarto. Mi barbilla levantada ligeramente y mi boca entreabierta. Luego de unos segundos dejé el retazo de periódico y me dediqué a mí. A mí y a mi wasita. La acaricié con esmero. Aceleraba y bajaba la velocidad mientras en mí despertaba la lujuria, el deseo carnal que había permanecido en algún recóndito lugar de mí ser. Luego me la vi. Estaba tiesa y venosa (no tanto como ahora). Le di con más fuerza y poder al frote hasta que sucumbí. Y vi como las manchas de mi victoria relucían y me salpicaban toda la mano.

CUATRO

Creo que soy un adicto. Un adicto mal. No puedo vivir un día sin ver aunque sea un minuto de un buen video porno. La quiero, la deseo, la necesito para comenzar contento y botar el líquido pecaminoso con el que amanezco. Porno, porno, porno. Quiero porno.

Siento que un día se me caerán los webos del sobre uso que le doy. Es que no es lo mismo jalársela la wasa con la mano que introducirlo en una acogedora florcita. No es lo mismo. Lo segundo es más, es más rico, natural y es un placer compartido. Por el contrario yo práctico el egoísta, me agito de manera prolongado (he mejorado respecto al tiempo), imaginando, divagando con flacas de la universidad o con alguna flaca de alguna discoteca con la que nunca pasa nada o con los videos que tengo, que la verdad merecen un aplauso pues me han salvado el bolsillo varias veces cuando caliente y furioso estaba listo de ir a la acogedora Cucardas.

CINCO

Sueño algún día acabar mi carrera. Me gusta dónde estudio y lo que estudio. Sueño algún día aprender inglés. Sueño algún día que te la corras viendo los videos porno que crearé. En los que participaré. No te arrepentirás al verme. Me veras follando con gran destreza, haciendo movimientos difíciles, haciéndolo con gringas voluptuosas, hermosas. Del mejor semillero.

Me imagino desde ahora la trama. Yo apacible en la biblioteca de mi universidad. En un cubículo. Estudiando. La biblioteca repleta de estudiantes preocupados por un parcial que se dará en breve. En eso una bella colegiala irrumpe en el lugar como fuera de contexto, despreocupada en contraste con el ambiente. Camina, pasa entre los estudiantes cabizbajos inmiscuidos en sus temas, sentados en las carpetas individuales. La colegiala me mira a través de los cristales y entra embravecida al cubículo de lunas transparentes. Grita “Cachame, lléname de semen conchatumare”. Yo no podría decir que no. Al carajo, que me la chupe el parcial. Y tenemos sexo delante de todos los estudiantes que se percatan de lo que acontece. Es tan desaforado el cache prolongado que tenemos en el cubículo, que los demás también dejan de estudiar y se contagian del ardor, del deseo sexual. Unos también follan a la par conmigo otros se la corren mirándonos. Todo es hermoso, bello, exquisito. Sería la orgía más intelectual que hubiera existido . Un oscar en los premios porno. Derramaría lagrimas con el pene erecto cuando vea mi película elegida ganadora.

Por el momento de actor porno sólo tengo la mente retorcida, imaginativa y liberal. Los webos no lo sé, no me los mido pero creo que dejaría insatisfecha a muchas actrices sino a todas.


SEIS

Se considera que la masturbación no es mala. Qué es muy buena. Evita el cáncer y otros males que nos aquejarán ya de viejos. Entonces, si es buena me encuentro doblemente feliz. Por mi descarga cien y porque así pajero como soy, hago algo bueno por mi vida.

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